Una cápsula, quizás dos y te das cuenta alrededor de la décima o decimo-quinta que lo que buscas es aquello que alguna vez observaste en televisión e internet... te da miedo, la cobardía te envuelve y no continuas, esperas quizás que aquel número de píldoras pueda hacer algo en tu no muy-cuidado cuerpo. Acto seguido te dispones a descanzar, el pijama que te dio mamá, los únicos peluches que puedes tener, rodeada de una que otra imagen de personas que admiras y amas y por último, la infaltable música necesitada. Cierras los ojos, sabes que obviamente no te afectará tal cantidad. Oportunidad desperdiciada. Al día siguiente será un día más y así continuará hasta que quizás lo concretes o hasta que quizás lo superes.
Cantas y vuelas y lloras, no sueñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario