Qué se siente el haber podido observar y disfrutar a la persona querida, respetada y admirada? Qué se siente haber tenido frente a tus ojos a una de las únicas personas que con el simple todo y nada te fortalece el alma? ¿Qué razona tu cerebro? ¿Qué te dice el cuerpo? Por qué, cómo, dónde, cuándo?
Brazos irreales, palabras ficticias que suavemente te envolvieron y protegieron, que nuevamente te brindaron ganas de seguir existiendo y que poco a poco fueron zurciendo y juntando los sumamente quebrados trozos de corta existencia con aquella voz y composición. Y que hoy en día, a pesar de los años, aún te estremece y te hace sentir como la primera vez que te estrechó sin tú querer necesitar de algo o alguien, sin tú acudir a él. Una voz, una persona y simplemente el mundo continúa girando. Un ser humano… una entidad más de las millones existentes… con una única luz, fuerte y contagiante. Gozoso de talento y demás, materializando y dándole vida a aquello que muchos ojos no ven, que muchos corazones no sienten… que muchos sencillamente nominan arte.
Para mí, no existen palabras para describir el ramillete de sentimientos que en mi pecho florecen, que mi corazón remendado siente, el cariño y admiración que te tengo y el saberte auténtico entre otras cosas. El artista que me demuestras ser, y la fracción de tu yo esencia que se cuela en diversas circunstancias, el cariño y consideración para con tus fans y diversos motivos más son quizás, más el tiempo, aquello que te hizo alguien sumamente especial para mí. Conozco un poco de ti mas no seguramente la verdad, y está bien así… que más podría yo pedir de lo que ya no das? Realmente aquella palabra con 7 letras no cubre lo sentido, simplemente no lo cubre.
Y la quimérica imagen observada en casa se volvió material hace unos días atrás.
Y nuevamente, sentada frente al computador, a miles de kilómetros de distancia, puedo decir sinceramente
Gracias
Te admiro
Te quiero
Nos vemos.
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